domingo, 14 de diciembre de 2008

De criticando

¿A quien no le gusta criticar? No me refiero a hablar de las mechas de la vecina del quinto, sino a opinar sobre películas, libros, series de televisión... y sí, las mechas de la vecina del quinto si hace falta (aunque uno se sienta más culpable, que se entiende más la crítica maligna cuando uno ha pagado por ver/leer algo, y la vecina y sus pelos a servidor le salen gratis)

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Hay una expresión que dice: "Criticar es fácil... y divertido", pero yo no acabo de estar de acuerdo. Criticar es la mar de divertido (sobre todo si uno ha visto "Crepúsculo"; para ponerse las botas, oiga) pero no es fácil. Al menos, hacerlo bien.

No sé si llegaría a decir que la crítica es un arte, pero está claro que requiere de talento. En primer lugar, para el análisis: todo el mundo puede decir "Crepúsculo me parece una mierda" (Y estoy tentando de decir que todo el mundo debería afirmarlo, obligatoriamente) pero no tantos son capaces de explicar los motivos, cuales son los puntos débiles y fuertes de la película/serie/libro, si existen errores a su juicio porque cree que se pueden haber producido, si aún así puede funcionar o no para cierto tipo de público... y en segundo lugar, para hacer que toda esta disertación resulta amena, entretenida, y hasta más divertida que la obra de la que se está hablando.

A mí, personalmente, me encanta leer críticas: Breves y fáciles de leer (excepto que el autor sea Jordi Costa), pueden ser guías útiles para decidir que ver/leer, o simplemente para contrastar/reforzar/desafiar opiniones propias y ajenas. Webs como rotten tomatoes o metacritic (a las que me declaro adicto) cumplen además la función de recopilar las reseñas para que todo el mundo se pueda hacer una mejor idea de cual viene a ser (más o menos) el consenso general con respecto a las películas de cartelera o las series de estreno.

Así pues, salgo del armario: Soy fan de la crítica, me gusta, la disfruto. Debo aclarar, eso sí, un punto importante: En este caso me refiero siempre a la crítica anglosajona (A la de otros países no tengo acceso, porque mi conocimiento de lenguas es más bien escaso) y no a la española, que me parece se encuentra en un estado bastante precario.

Aunque hay que diferenciar entre géneros, claro está. La crítica cinematográfica patria creo que tiene cierto interés (Incluso Jordi Costa cuando no se le entiende). Es la televisiva la que me atrevería a calificar de bastante terrible, en general.

La tentación sería dejarlo todo en una frase: La crítica de televisión en España es una mierda. Pero eso sería darle la razón a los críticos de Tv de este país que utilizan exactamente el mismo argumento con respecto a la ficción nacional y se quedan tan anchos, sin analizar nada más (Y no, decir que los decorados son bochornosos, los diálogos de pena, la realización cutre, los actores amateurs, las historias pobres, y los chistes de vergüenza ajena, NO es hacer análisis; si lo fuera, cualquier españolito de a pie con dos cervezas de más apoyándose a duras penas en la barra del bar y soltando soflamas que según él arreglarían el país en dos patás, sería un sesudo analista político; la crítica es algo más, y la profesión creo que merece más respeto)

Así que, más allá del titular, voy a comentar las críticas (y los críticos) de televisión de este país, para intentar averiguar que es lo que está fallando; porque a mí me gustaría tener una crítica a la altura de, por ejemplo, la americana, pero creo que estamos todavía bastante lejos. Con un poco de suerte, esta crítica, a diferencia de muchas otras, podrá ser constructiva.

lunes, 11 de agosto de 2008

WTF


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Una de mis abreviaturas favoritas (siempre anglosajonas, no sé por qué) surgidas de los foros de Internet  es WTF. O sea, "What the fuck", traducido al castellano "Pero que coño". Es lo que se suelta cuando algo te sorprende, te pilla fuera de juego, te deja KO unos segundos hasta que puedes reaccionar. 

Cuando uno ya ha visto muchas películas, sabe más o menos que al final el malo va a ser  destruido justo cuando parecía que todo estaba perdido para el héroe; la familia conflictiva se reconciliará cuando uno de sus miembros contraiga una enfermedad grave; y el  chico va a correr por el aeropuerto para declararse a la chica antes de que ella coja el avión (por qué no puede llamarla cuando aterrice, nunca se sabrá), de vez en cuando se agradecen los momentos WTF. Escenas fuera de tono, disgresiones de la historia, locuras transitorias que no vienen al caso.

Algunos de ellos son demasiado ridículos, claro; y en especial hay directores que últimamente se han especializado en películas enteras WTF (También llamadas, "Pero muchacho, ¿tú en que estabas pensando, alma de cántaro?"). Pero se suelen disfrutar esos momentos surreales, que no vienen de ningún sitio ni van a ninguna parte, pero son en si mismos joyitas del absurdo. Sobre todo cuando la gente baila.

Y es que supongo que el perfecto momento WTF es aquel que no está escrito, el que se improvisa.  Porque en un guión, uno siempre tiende a buscar algo de sentido, un mínimo de lógica.  Si algo está (d)escrito, es dudoso que pueda ser indescriptible.

Pero con los bailes no pasa eso. No se puede describir el numerito de Napoleon Dynamite, o el de Doomsday, una película recién estrenada ya de por sí tendente al delirio, que tiene una secuencia "musical" para los anales del cine punk-heavy-gore-canibal con ritmos de anuncio de cervezas y vedettes rollo Normal Duval en leather. 

Al final la peli era demasiadas pelis a la vez, y ninguna de ellas era excesivamente interesante; la mezcla la hacía indigesta. Pero esos momentos WTF se agradecían porque, al menos, sabes que nunca has visto algo así. Para bien, o para mejor.

Mi momento musical WTF favorito no es ninguno de esos dos, por cierto. Pertenece a una película belga llamada "Calvaire". La historia es tal que así: a un actor de segunda le contratan para actuar en una zona rural perdida de Bélgica. En al camino, su coche se estropea (Si hubiera leído este libro, aquí ya habría salido por patas sin mirar atrás hasta llegar a ... bueno, fuera del bosque lo menos, que tampoco tiene que haber tanto rollo rural en Bélgica, con lo pequeña que es) y lo que sigue es una pesadilla (real): un campesino loco le recoge, le ata, le viste como su mujer y le trata como tal (Y este hombre, por decirlo de alguna forma suave,  no ha oído hablar del ministerio de igualdad).

Por supuesto, los demás campesinos, todos hombres, hacen que los garrulos de "Deliverance" parezcan  los compañeros de mesa de Leonardo Di Caprio en "Titanic" cuando el chico se pone pijo. En una simpática escena se les ve penetrar a un cerdo; analmente, por supuesto. Este es el tipo de gente con el que estamos tratando, unos rudos chicarrones que se lavan cuando llueve y eso si no tienen un buen tejado lleno de hojas podridas bajo el que refugiarse.

La escena en cuestión les muestra en el único bar local. El protagonista no está allí; el momento no tiene relación directa con la trama. 

Pues eso... WTF.



lunes, 21 de julio de 2008

Todo depende de cómo se cuente

Era una historia de un pícaro que, fracasado como sastre, había decidido hacerse modisto en una ciudad de provincias, y para poder penetrar aquel ambiente  machista y medieval, se fingía homosexual y así podía moverse bien manejando el dinero de los ricos de aquella sociedad a través de sus mujeres.

 Aunque parezca la sinopsis de una versión hispánica del "Teorema" de Pasolini, es (el muy prolífico y recientemente fallecido) Tito Fernández hablando de su película más emblemática:

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Está claro que todo depende de cómo se cuente. Por cierto, alguien ha visto...

La historia de un vagabundo, un marginal, que vaga sin rumbo fijo, y su amistad con un pobre huérfano. Juntos se enfrentarán a las convenciones sociales y desafiarán el status quo que pretende aprisionarles en unos roles determinados e impedir que alcancen sus sueños de prosperar,  en un mundo dónde impera la fuerza bruta y la competitividad.




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viernes, 18 de julio de 2008

Bienvenidos




(Por cierto, ya que estamos. No es por fardar - o quizás un poco sí -, pero he visto "Mamma mia!, the movie". Y, sinceramente, creo que  "Vaya par de gemelas" o "Celeste no es un color" tenían mejores cantantes, coreografías, y hasta historia. Por lo menos tenían algo de historia. 

Y donde esté Lina Morgan, que se quite Meryl Streep. En lo suyo, claro)